33 - El error sobre la vida, necesario a la vida

Si lograra comprender y sentir en sí mismo la conciencia total de la humanidad, prorrumpiría en maldiciones contra la vida, porque la humanidad en conjunto no tiene ningún fin y, por ello, cuando examina su marcha total, no puede encontrar en ello consuelo o reposo, sino desesperación. Si reconoce en toda su importancia el hecho de que la humanidad carezca de un fin último, su acción personal adquirirá antes sus ojos el carácter de la prodigalidad. Ahora bien, sentirse como humanidad (y no como individuo prodigado), constituye un sentimiento superior a todos los sentimientos. Pero, ¿quién es capaz de eso? Solamente un poeta: y los poetas saben consolarse siempre. 

Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado humano.