Quién lee poemas dramáticos en voz alta descubre cosas de su carácter; su voz le resulta más natural en ciertos pasajes y escenas que en otros, por ejemplo, en los patéticos y en los grotescos; mientras que en la vida ordinaria tal vez solo tenga ocasión de mostrarse apasionado o burlón.
Friedrich Nietzche, Humano, demasiado humano.
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