lunes, 28 de agosto de 2017

Es extraño, habíamos hablando tan bien, tan fluido, todo gracioso y ella riéndose tirando la nariz para arriba tan para arriba que se la quería bajar pero algo me decía que si lo hacía me iba a morir o caer en coma. Y ella no me iba a levantar porque seguro que se reía mientras me estrellaba en el asfalto crudo y me arrastraban cómo un idiota con tu imagen en la frente, pegada cómo un ancho de espada. Si sacaba la lengua se iba a dar cuenta de todo y yo no puedo con tanto, menos con su miradita de ojos verdosos. Su miradita inquieta, su miradita compacta, su miradita vehemente, su miradita adictiva, su miradita de sé más que vos, su miradita que es una espada, su miradita que perfora, su miradita martillo hidráulico, su miradita terremoto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario